La impotencia de los organismos policíacos en castigar la inquebrantable resistencia mapuche, les hace caer nuevamente en despreciables agresiones contra comuneros y familias que nada tuvieron que ver con la autodefensa ejercida por los órganos de resistencia mapuche.
Los hermanos Parra Leiva fueron encarcelados mientras sembraban papas. Fue la reacción más fácil y rápida de las policías, culpar a quienes ya habían detenido antes, cuando crearon este nuevo montaje para justificar su racista accionar en toda la zona del Lleu Lleu.
Los hechos se remontan al 10 de junio, cuando César Parra recogía leña en un terreno que cuida su hermano. De la nada 16 impactos de perdigones le hieren de gravedad, el disparo vino de un grupo de efectivos del Gope que custodiaban un predio de Mininco cercano.
Corrió herido a la casa de un vecino, mientras el nutrido contingente policíaco continuó disparando hacia las casas, lanzando bombas lacrimógenas al interior de las viviendas, donde se encontraban niños. La gente no sabía qué pasaba, no quedándoles más que refugiarse dentro de sus casas, ante el sorpresivo y violento ataque de las fuerzas represivas.
Este comportamiento de las fuerzas militarizadas asentadas en la zona es común. Se trata de hostigar en intimidar a la gente con el fin de reprimir cualquier idea de recuperación de los derechos territoriales que las forestales han aplastado en el lugar.
Más tarde, César fue trasladado en ambulancia al hospital de Cañete, pasando allí una noche y siendo ahí mismo formalizado, ante la sorpresa de todos, por "homicidio frustrado", ya que según carabineros, éste los habría atacado con una motosierra. Fue la excusa usada por el aparato represivo para justificar su irracional accionar ese día.
Montaje desesperado
Cuatro meses más tarde, cuando las comunidades de Choque han logrado mantener el control sobre los predios en recuperación, los órganos de resistencia, ejecutoras de la voluntad de las comunidades mapuche, expulsan a un numeroso grupo de efectivos de inteligencia y las distintas policías, quienes al mando del fiscal Elgueta sintieron el rechazo de la gente del sector.
Tras ello, la arremetida violentista del estado no se dejó esperar, sacando toda su maquinaria que mantenía escondida entre los bosques de las forestales. Las presiones políticas y empresariales pedían con urgencia responsables de la inestabilidad capitalista en la zona. Producto de su desesperación, la orgánica represiva no halló nada mejor que allanar y detener a gente indefensa que solo trabajaba y nada tuvieron que ver en los hechos que quieren castigar.
Es asi como a las pocas horas un helicóptero policial aterriza en la siembra de papas en la que trabajaban César y Norberto Parra junto a sus familias. Sin mediar más que insultos, les redujeron mientras interrogaban a toda la familia por "las armas" que andaban buscando. Separaron a los niños amenazándolos con llevárselos si no les decían donde estaban las armas de sus padres. Lo mismo hicieron con la pareja de César, amenazando con internar a su hijo de cuatro años porque se iría detenida si no cooperaba con ellos.
Dieron vuelta todo, rompieron y nada hallaron. En el helicóptero, les amenazaron con lanzarlos en medio del lago si no les decían lo que querían escuchar. Norberto Parra fue formalizado en Cañete por receptación de una motosierra, ridícula excusa fundamentada en que su herramienta de trabajo no tendría sus papeles en orden. Hoy lo mantienen prisionero en la cárcel de Lebu.
César fue trasladado hasta la fiscalía militar de Concepción, donde fue interrogado y luego encarcelado en El Manzano. Allí permaneció una semana incomunicado, con mínima alimentación, durmiendo en el suelo, sin acceso a baño y con la suciedad y humedad propia de aquellas celdas de castigo e incomunicación.
Hoy permanece en el módulo 10 de la cárcel penquista, junto a presos comunes, donde peligra su integridad física por las constantes riñas y los abusos de los gendarmes. No existe voluntad de gendarmería de trasladarlo al módulo 9, donde siempre llegan los presos políticos, lugar en que el Lonko Ivan Llanquileo resiste su prolongado encarcelamiento sin que se prueben los hechos que se le inculpan.
El proceso en Fiscalía Militar en el caso de César y en el Ministerio Público en el de Norberto sigue ahora sus pasos mientras los peñi permanecerán en prisión preventiva por meses sin que nada se pruebe, como ha sido la tónica en la persecución política contra el Pueblo Mapuche.
Hacemos el llamado a estar atentos a lo venidero, a visitar a nuestros hermanos y a entregar el apoyo a esta lucha.... no se debe tolerar más este tipo de violencia descarada contra las comunidades mapuche.
VISITAS:
Cesar Parra, detenido en El Manzano de Concepción, Módulo 10.
Lonko Ivan Llanquileo: Módulo 9
Días de visita: martes a las 13:30 hrs. y domingos a las 9 hrs.
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Norberto Parra, detenido en la Cárcel de Lebu.
Días de Visita, martes, jueves y domingo de 9 a 12 hrs.
Los hermanos Parra Leiva fueron encarcelados mientras sembraban papas. Fue la reacción más fácil y rápida de las policías, culpar a quienes ya habían detenido antes, cuando crearon este nuevo montaje para justificar su racista accionar en toda la zona del Lleu Lleu.
Los hechos se remontan al 10 de junio, cuando César Parra recogía leña en un terreno que cuida su hermano. De la nada 16 impactos de perdigones le hieren de gravedad, el disparo vino de un grupo de efectivos del Gope que custodiaban un predio de Mininco cercano.
Corrió herido a la casa de un vecino, mientras el nutrido contingente policíaco continuó disparando hacia las casas, lanzando bombas lacrimógenas al interior de las viviendas, donde se encontraban niños. La gente no sabía qué pasaba, no quedándoles más que refugiarse dentro de sus casas, ante el sorpresivo y violento ataque de las fuerzas represivas.
Este comportamiento de las fuerzas militarizadas asentadas en la zona es común. Se trata de hostigar en intimidar a la gente con el fin de reprimir cualquier idea de recuperación de los derechos territoriales que las forestales han aplastado en el lugar.
Más tarde, César fue trasladado en ambulancia al hospital de Cañete, pasando allí una noche y siendo ahí mismo formalizado, ante la sorpresa de todos, por "homicidio frustrado", ya que según carabineros, éste los habría atacado con una motosierra. Fue la excusa usada por el aparato represivo para justificar su irracional accionar ese día.
Montaje desesperado
Cuatro meses más tarde, cuando las comunidades de Choque han logrado mantener el control sobre los predios en recuperación, los órganos de resistencia, ejecutoras de la voluntad de las comunidades mapuche, expulsan a un numeroso grupo de efectivos de inteligencia y las distintas policías, quienes al mando del fiscal Elgueta sintieron el rechazo de la gente del sector.
Tras ello, la arremetida violentista del estado no se dejó esperar, sacando toda su maquinaria que mantenía escondida entre los bosques de las forestales. Las presiones políticas y empresariales pedían con urgencia responsables de la inestabilidad capitalista en la zona. Producto de su desesperación, la orgánica represiva no halló nada mejor que allanar y detener a gente indefensa que solo trabajaba y nada tuvieron que ver en los hechos que quieren castigar.
Es asi como a las pocas horas un helicóptero policial aterriza en la siembra de papas en la que trabajaban César y Norberto Parra junto a sus familias. Sin mediar más que insultos, les redujeron mientras interrogaban a toda la familia por "las armas" que andaban buscando. Separaron a los niños amenazándolos con llevárselos si no les decían donde estaban las armas de sus padres. Lo mismo hicieron con la pareja de César, amenazando con internar a su hijo de cuatro años porque se iría detenida si no cooperaba con ellos.
Dieron vuelta todo, rompieron y nada hallaron. En el helicóptero, les amenazaron con lanzarlos en medio del lago si no les decían lo que querían escuchar. Norberto Parra fue formalizado en Cañete por receptación de una motosierra, ridícula excusa fundamentada en que su herramienta de trabajo no tendría sus papeles en orden. Hoy lo mantienen prisionero en la cárcel de Lebu.
César fue trasladado hasta la fiscalía militar de Concepción, donde fue interrogado y luego encarcelado en El Manzano. Allí permaneció una semana incomunicado, con mínima alimentación, durmiendo en el suelo, sin acceso a baño y con la suciedad y humedad propia de aquellas celdas de castigo e incomunicación.
Hoy permanece en el módulo 10 de la cárcel penquista, junto a presos comunes, donde peligra su integridad física por las constantes riñas y los abusos de los gendarmes. No existe voluntad de gendarmería de trasladarlo al módulo 9, donde siempre llegan los presos políticos, lugar en que el Lonko Ivan Llanquileo resiste su prolongado encarcelamiento sin que se prueben los hechos que se le inculpan.
El proceso en Fiscalía Militar en el caso de César y en el Ministerio Público en el de Norberto sigue ahora sus pasos mientras los peñi permanecerán en prisión preventiva por meses sin que nada se pruebe, como ha sido la tónica en la persecución política contra el Pueblo Mapuche.
Hacemos el llamado a estar atentos a lo venidero, a visitar a nuestros hermanos y a entregar el apoyo a esta lucha.... no se debe tolerar más este tipo de violencia descarada contra las comunidades mapuche.
VISITAS:
Cesar Parra, detenido en El Manzano de Concepción, Módulo 10.
Lonko Ivan Llanquileo: Módulo 9
Días de visita: martes a las 13:30 hrs. y domingos a las 9 hrs.
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Norberto Parra, detenido en la Cárcel de Lebu.
Días de Visita, martes, jueves y domingo de 9 a 12 hrs.
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